Amedeo Modigliani (1884-1920) fue un forastero en la ciudad de París, emigrado de Italia, tuvo una vida azaroza y demasiado corta, se destruyó con el alcohol y las drogas , llevado por la desesperación por su pobreza y amargamente avergonzado por ella. Modigliani era un joven de belleza extraña, y su obra posee una maravillosa y lenta elegancia inusual, pero precisa Fue influenciado de manera importante por el escultor rumano Constantin Brancusi, fue captado, si se quiere embrujado por la escultura primitiva, en especial la africana.
"Desnudo"
Desarrolla un estilo de sofisticación basada en arabescos de formas simplificadas, manierista, es decir, no representaba la realidad de manera natural, lo hacía de forma extraña, algo deformada, caprichosa, inclinada a representaciones anticlásicas y en algunos casos desproporcionada. Bajo la óptica actual resulta difícil explicar la ausencia de mecenazgo que impulsara su obra. En estos días es famoso y reconocido, su vida llevada al cine, al igual que Pollock, Picasso… Su trabajo es reconocido por sus desnudos elegantes y alargados, pero sus retratos son sus obras más extraordinarias.
“Chaim Soutine” cuyo estilo era tan extraño, atrae a Modigliani por su cuerpo y por lo que puede llegar a significar espiritualmente. Soutine se alza dentro del lienzo como una escuálida columna. De tosca nariz por lo ancha, sus ojos son asimétricos, sus cabellos despeinados. Toda esa tosquedad difiere de sus muñecas y sus manos esbeltas, con la impresión que se percibe de un hombre nostálgico por su tierra, dispuesto a formar una de su propia sustancia sino se le da un lugar. Hay tristeza, pero a la vez determinación: los labios rojos están apretados con resolución.
"Jeanne de Hebuterne" Esposa del pintor.
Los temas de la obra de Modigliani fueron el retrato y los desnudos. Desde 1915 hasta 1920, año de su muerte, realizó su obra más significativa, constituida mayoritariamente por retratos y desnudos femeninos. Los retratos son a menudo de amigos y personajes conocidos como Max Jacobs (1916) o Jacques Lipchitz y su mujer (1917), pero frecuentemente representan a personajes anónimos como La criadita (1916). Sus múltiples desnudos femeninos,como Desnudo rojo con los brazos abiertos (1917, Kunsthaus, Zurich) rebosan una sensualidad lánguida y complacida; la línea que perfila los cuerpos es sutil, melodiosa y elegante; los ojos almendrados de los rostros dotan a las figuras de una mórbida melancolía que recuerda a Botticelli.
"Mujer con traje marrón"
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