“La libertad es un constitutivo esencial de la perfección. Ni aquélla podrá darse plenamente sin ésta, ni ésta sin aquélla.
La libertad se ordena fundamentalmente a superar la esclavitud humana, que es – ante todo y sobre todo – esclavitud del alma.
La libertad es, por tanto, necesaria para la auténtica libertad del hombre.
La libertad plena incluye una triple libertad; frente al cuerpo, frente a los hombres y frente a la fortuna.
La libertad es la fuente de felicidad, en cuanto supone la liberación de la más neta infidelidad humana: La esclavitud. Es virtud, porque lleva consigo una superación positiva de los vicios. Es sabiduría, ya que su madurez está posibilitada y exigida por la madurez racional del alma. La libertad no constituye por si sola la esencia.
La libertad engendra la anarquía, la anarquía conduce al despotismo y el despotismo lleva otra vez a la libertad”
Por: Jacinto Benavente.
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