"La perfección no es cosa pequeña, pero está hecha de pequeñas cosas." Miguel Ángel

miércoles, 28 de julio de 2010

Velázquez: El genio español

Cuando Diego Velázquez (1599-1660) hizo su primer intento por conseguir la gloria pictórica (apenas salido de la adolescencia), se encontraba bajo la influencia de Caravaggio. Presenta la misma seguridad de forma al igual que su dominio de la luz, pero aquí concluye toda comparación. Velázquez era único, uno de los mejores pintores de todos los tiempos, y desarrollo una visión de la realidad humana que poco debía a la influencia exterior.


"La infanta Margarita"

La única imagen de la realeza comprable a los retratos de Van Dyck del rey Estuardo Carlos I es la ofrecida por Velázquez de los Habsburgo, a cuyo servicio trabajó como pintor de su corte, sin embargo con la comparación anterior, esta también raya en la superficie. Velázquez no se limita solamente a glorificar al personaje real y su corte, tenía interés en aumentar su estatus social y con el tiempo llego a tener una pequeña amistad con Felipe IV. El rey supo apreciar el genio del artista y lo compensó debidamente.

La pura belleza de las pinturas de la corte hechas por Velázquez constituyen comunicados oficiales, pues a falta de fotografía, sus pinturas eran el reflejo de cómo eran el monarca y su entorno. “Las Meninas” (doncellas de honor) están expuestas en su justo lugar, bajo la protección de un cristal blindado, como el mejor tesoro de un gran museo, El Prado de Madrid. Al centro se encuentra la pequeña princesa, la infanta Margarita Teresa; a su alrededor, sus doncellas, su tutor, el paje, la enana de servicio y su enorme perro. A partir de éste se sube por etapas hasta llegar a las distantes figuras del rey y la reina. En este cuadro se encuentra todo el mundo de la corte interior, mostrado oblicuamente, con el orden de importancia invertido. Pintada para el palacete de verano del rey, esta obra es un retrato de su hija pequeña y un sofisticado e innovador tributo al mismo rey. Retrata un instante preciso, cuando todos los personajes responden a la entrada del rey.


“Las Meninas” 1656.

El pintor que se observa en el cuadro es el mismo autor, se encuentra de píe en el extremo izquierdo, concentrado en un lienzo y mirando de forma imponente hacia arriba, mientras que las grandes copias de los cuadros de Rubens, colgados a su espalda, se ven reducidos de forma irónica por las sombras. La cruz roja en su pecho hace referencia hace referencia a su posterior nombramiento como caballero y fue añadida al cuadro dos o tres años después. El detalle del espejo posterior no pasa inadvertido, el reflejo muestra las figuras del rey y la reina o tal vez al cuadro que pinta Velázquez, es una duda que aún persiste. Seguros en su posición, la pareja real puede permitirse permanecer como un simple reflejo detrás de su hija. Incluso como pálidas sombras, pueden dominar, y de seguro que éste es uno de los más sutiles cumplidos que pueden hacerse.

En sus inicios el artista contribuyó con los grandiosos proyectos inaugurados por Felipe IV, estos incluían un espléndido palacio, el del Buen Retiro, construido en 1631-1635, cuyas salas se adornaron con más de ochocientas pinturas. La sala de ceremonias principal, conocida como el Salón de los Reinos, contenía 27 cuadros de pintores españoles, entre ellos “La Rendición de Breda” de Velásquez.


“La Rendición de Breda” 1634.

El uso que daba Velázquez a la pintura intrigaba a sus amigos reales, comentaban que era conveniente contemplar sus cuadros a cierta distancia, ya que así las pinceladas de color, toscas y descuidadas se integraban en la imagen de forma repentina y casi milagrosa. Encajes, oro, el brillo de las joyas, el sonrosado de una joven mejilla, la cabeza inclinada por el cansancio de un anciano, Velázquez lo capta todo, y lo presenta para que se aprecie en su total dimensión. Podía hacerlo con una imagen religiosa: Ningún “Cristo crucificado” tiene una dignidad humana más triste que el suyo.


"Cristo crucificado" 1631-1632

Igualmente, podía tratar el tema mitológico y mostrar que el paganismo es una religión y, por lo tanto, extrae su fuerza de los movimientos del espíritu humano. “La fragua de vulcano” es una obra maestra de contrastes entre dos tipos de seres. Por un lado se ve el luminoso y asexuado joven visitante de otro planeta, seguro de su habilidad para hacerse entender. Por el otro, un grupo de herreros fuertes y sorprendidos y, al mismo tiempo, nada impresionados. Ambos mundos se encuentran con mutua incomprensión y menosprecio; sin embargo, Velázquez disfruta con el hecho de que su broma pueda pasar desapercibida.


“La fragua de Vulcano” 1630

domingo, 25 de julio de 2010

Leonardo Da Vinci: El polifacético hombre del Renacimiento

“El objetivo primordial de un pintor, es hacer que una superficie plana parezca un cuerpo en relieve y que se proyecte desde ese plano”



Jamás ha existido un artista que se ajuste tan bien y sin ninguna salvedad a la descripción de genio. Leonardo provenía de una familia humilde y llego a conseguir reconocimiento universal. Era hijo ilegítimo de un notario de la pequeña ciudad de Vinci, en la Toscana. Fue reconocido por su padre quien pagó su educación, pero es frecuente la interrogante que plantea el extraño tono de autosuficiencia de su mente no se debió a la ambigüedad de estatus de su infancia.


“La última cena” Iglesia de Santa María Delle Grazie.

Hombre polifacético por excelencia, llegó a tener, podría decirse que, demasiadas dotes, entre ellas una gran belleza masculina, una voz espléndida de cantante, un físico magnífico, un gran matemático, atrevido en el ámbito de las ciencias, la lista de su incursión en ella es interminable, tanto que hoy en día algunos de sus diseños son precursores de artefactos y maquinarias existentes. Este “exceso” de talento, hizo que tratase su arte con ligereza, que rara vez acabase y que en alguna ocasión realizase arriesgados experimentos técnicos. Por ejemplo, “La última cena”, que se encuentra en la Iglesia de Santa María Delle Grazie, casi ha desapareció por causa de lo inadecuado de las innovaciones que utilizó para este fresco, hoy restaurado.


“Mona Lisa” 1503.

Entre 1473 y 1518, Leonardo escribió una serie de ensayos que después se recogieron para formar su “Tratado sobre pintura”. Una parte escrita en 1492, se dedica a la perspectiva lineal, igualmente en el demuestra su técnica para transferir una figura a los lados de una bóveda curva, la cual prefiguro lo que más tarde se denominó “trompe l´oeil” (pinturas que “engañan al ojo”)

Las obras que se han salvado, son las más sorprendentemente poéticas que nunca creadas. “ La Mona Lisa” tiene la inocente desventaja de ser demasiado famosa, sólo puede verse a través de un grueso cristal y entre una multitud de personas. Ha sido reproducida en todos los medios imaginables y desatado intensos debates en cuanto a quién es la mujer retratada, si en el fondo es un autorretrato camuflado del mismo Leonardo, se su ambivalencia de género, de si ríe o no, etc. Pero su magia continúa intacta, siempre desafiando la insistencia humana por comprender. Es una obra que solo puede mirarse en silencio.


“Dama con armiño” (Cecila Gallaramani) hacia 1485.

Los tres grandes retratos de mujeres que pintó Leonardo desprenden una nostalgia secreta. Esta cualidad resulta de lo más atrayente en “Cecilia Gallaramani” (Dama con armiño), de lo más enigmática en la “Mona Lisa” y de lo más profundo en "Ginevra de´Benci", este último con una connotada reserva en su identidad. Ginevra de´Benci no tiene nada de la diversión interior de Mona Lisa ni de la elegante sumisión de Cecilia. Esta joven mira al espectador con un maravilloso y luminoso mal humor. Su boca forma una línea implacable de sensible descontento, su cabeza perfecta y orgullosa se yergue sobre la firme columna de su cuerpo y sus ojos parecen estrecharse al soportar al artista y su arte. Sus rizos son infinitamente sutiles, caen en cascada a los lados de su frente (por cierto, la frente de una de las intelectuales más dotas de su época). Los cuales se repiten en la mata de enebro al fondo.


“Ginevra de´Benci” hacia 1474.

Las aguas desoladas, la bruma, los árboles oscuros, los destellos reflejados en el agua inmóvil; todo rodea e ilumina a la modelo. Es completamente sensual, y completamente impermeable al artista. El observa, extasiado con sus perfectas formas, y muestra el fino tul de la parte superior del corpiño y el delicado sombreado del cuello. Lo que realmente es, ella lo oculta; lo que Leonardo revela es precisamente eso, un ensimismamiento que prescinde de las miradas externas.

Cualquier obra de Leonardo es reconocible por su tratamiento del cabello, angelical en su finura, y por la ausencia de rigidez en los contornos. Una forma se desliza imperceptiblemente en otra (técnica conocida como sfumato que significa humo y que se caracteriza por la gradual e imperceptible transición entre áreas de diferentes colores sin utilizar contornos duros) para crear transiciones sutiles de tonos y formas. La cara del ángel en el cuadro conocido como “La Virgen de las rocas” que se encuentra en la National Gallery de Londres, o el rostro de la Virgen en la versión de París del mismo cuadro, contiene una sabiduría interior, una sabiduría artística que no tiene rival.


“La Virgen de las rocas” hacia 1508.

Esta cualidad sin par significa que pocos artistas mostraron la influencia de Leonardo Da Vinci, es como si él estuviese en otro mundo. La sombra de un gran genio es algo peculiar. Bajo la sombra de Rembrandt florecieron pintores cuyas obras se distinguen de las de su maestro. Pero Leonardo era una sombra escalofriante, demasiado profunda, demasiado oscura, demasiado abrumadora.

jueves, 22 de julio de 2010

El Surrealismo: La visión de los sueños materializada


“Aparición de rostro y frutero en una playa” de 1938. Salvador Dalí

Nombre acuñado en 1924 por André Breton, que utilizo la palabra surréaliste utilizada por Apollinaire en 1917, para describir esa clase de arte que, partiendo de imágenes oníricas y empleando el automatismo, intenta revelar un mundo más real que la realidad visible o, en otras palabras, la realidad que hay bajo las apariencias. Para el surrealista, el arte no es una comunicación deliberada de ideas, sino un viaje de descubrimiento; no es una exposición planteada ni una construcción, sino un impulso instintivo. Los objetos se liberan de sus significados y asociaciones normales. Los principales medios utilizados por los pintores surrealistas para lograr sus efectos son los “objetos encontrados”, aquellos que por asociación tomas una significación extraña, ergo: una cama de latón en un campo, un árbol caído como un animal, “objetos compuestos”,son forzados a una yuxtaposición irracional, como un vaso de porcelana con calidad de piel, escritura automática, combinaciones alucinantes o transformación de un objeto en otro, como un rostro en el cuerpo de un perro y en un frutero en la obra de Dalí “Aparición de rostro y frutero en una playa” de 1938.

Tan extrañas y fantásticas confrontaciones y metamorfosis fueron consideradas por Lautreamont “tan bellas como el encuentro casual de una máquina de coser con un paraguas sobre una mesa de operaciones”. La máquina imaginativa surrealista aparece ya tempranamente en el arte europeo desde el final de la Edad Media hasta nuestros días: El Bosco, Brueghel, Arcimboldo, Goya, Fuseli y Odilon Redon dan evidencia de ello.

Los artistas surrealistas otorgaban un gran valor a los dibujos infantiles, al arte de los enfermos mentales y a los pintores aficionados y sin formación, cuya obra surgía a partir de puros impulsos creativos y no estaba limitado a convenciones ni leyes estéticas.

Como movimiento sustantivo, el surrealismo no tuvo una larga duración, más si ejerció una influencia liberadora en tendencias artísticas posteriores.
Algunos exponentes del arte surrealista:

Fotógrafo de sueños: Salvador Dalí


“La Persistencia de la Memoria” 1931.

Dalí (1904 – 1989) de gran habilidad gráfica pintó imágenes que llegan incluso a ser profundamente desagradables pero a la vez sorprendentes sobre la irrealidad en la que tan a gusto se sentía. Pintó esa irrealidad con un realismo meticuloso en extremo y esa característica es lo que hace de sus obras objetos inquietantes, las describió como “fotografías de sueños pintadas a mano”, y su fuerza radica precisamente en esa paradójica condición de fotografías que materialmente no existen. “La Persistencia de la Memoria” con sus relojes que se derriten y la cara distorsionada (como un autorretrato) en el centro, desprende un intensidad innegable. La sensación de que el tiempo ha enloquecido posee una fuerza ineludible convirtiendo esta obra en una de las imágenes arquetípicas del siglo XX.

René Magritte (1898 – 1967): Surrealismo Real


“La caída” 1953

Belga de nacimiento, Magritte comenzó imitando a la vanguardia, pero necesitaba un lenguaje más poético, influido por las pinturas metafísicas de Da Chirico, poseía una mente con un toque malicioso y sus extraños hombres con bombín en “la caída” se precipitan del cielo con total compostura, expresando parte de la extrañeza de la vida tal y como la conocemos. Su arte simboliza el amor de los surrealistas por las declaraciones visuales paradójicas, y aunque las cosas puedan parecer normales, existen anomalías por todas partes. “La caída” tiene una extraña rectitud; al tocar nuestro entendimiento de la peculiaridad terrenal, el surrealismo atrae.

Max Ernst (1891 – 1976):Del Dadaísmo al Surrealismo


“La ciudad entera” 1934.

Complejo de catalogar, inventó durante la guerra un nuevo método tras otro, entre ellos el “frottage” que es un dibujo que se obtiene al frotar un lápiz sobre un trozo de papel colocado sobre una superficie con irregularidades; las marcas que resultan se utilizan como puntos de partida de la imagen. Ernst, quien no poseía formación artística, estudió filosofía y fue el fundador en 1919 de la rama de los dadaístas de Colonia. Esta tendencia, desafiaba las formas del arte establecido con los conceptos irracionales y frecuentemente sin sentido. La obra de este pintor presenta objetos inconexos en extraños escenarios dentro de contextos donde predominan la aprehensión y el miedo. Sus principales trabajos presentan su personal sentido de la mitología.

La ciudad entera”, con sus misteriosas franjas de frottage y la gran luna clara con el centro vacío, toca una triste nota de reconocimiento. Aunque las formas familiares del suelo pueden identificarse, Ernst hace sentir la triste posibilidad de que también se está recibiendo una previsión del futuro del hombre.

El Misterioso Miró


“Mujer y pájaro a la luz de la luna” 1949.

Joan Miró (1893 – 1983) un artista introspectivo, con un estilo que espontáneo rechaza las imágenes tradicionales y los mecanismos de la pintura. “Mujer y pájaro a la luz de la luna” es una celebración personal de una profunda alegría. Las figuras saltan con una seguridad instintiva, formas mágicas que se mueven dentro y fuera del reconocimiento, como si la mujer el pájaro pudiesen intercambiar en cualquier momento sus identidades.

martes, 20 de julio de 2010

Gustave Klimt: Simbolismo y Art Nouveau

En la década de los noventa del siglo XIX apareció un nuevo movimiento artístico y decorativo que se conoce como Art Nouveau, inspirado en formas orgánicas y naturalistas. El movimiento se desarrollo en diversas disciplinas, escultores, joyeros, ceramistas y, los más importantes, cartelistas. Sus raíces provienen de Inglaterra pero su influencia llegó se difundió a pintores de otras nacionalidades, franceses como Bonnard y Vuillard recibieron el influjo de las formas onduladas y los colores luminosos de este nuevo estilo. En el Art Nouveau la esencia esta en la sensualidad y la fluidez de las formas.


"Avenida del parque Schloss Kammer"

La pintura Gustave Klimt ( 1862-1918) nacido en Austria, es una curiosa y elegante síntesis de simbolismo y Art Nouveau. Los austríacos respondieron de manera entusiasta al artificio decorativo de esta tendencia, y casi puede decirse que Klimt es la encarnación de este artificio. Pintó grandes frisos ornamentales de escenas alegóricas y creó muchos retratos de moda, en los que unificó las formas estilizadas y los colores poco naturales del simbolismo con su propio concepto de la belleza, en el que prevalecía fundamentalmente la armonía.


El beso” 1907-1908

Su afamada obra “El beso” es un fascinante ícono sobre la pérdida del ser que experimentan los amantes. Sólo se ven las caras y las manos de esta pareja; el resto es un gran remolino de oro salpicado de rectángulos de coloreados que parecen expresar visualmente la explosión física y emocional del amor erótico


“El árbol de la vida”

domingo, 18 de julio de 2010

Diamantes: Esplendor mineral convertido en objeto de deseo.


Diamante Wittelsbach

No hace mucho tiempo vi la película “Un plan brillante” (Flawless) protagonizada por Demi Moore y Michel Caine, en la que se lleva a cabo un extraordinario robo de diamantes en la compañía que monopolizaba y presumo que aun es así actualmente, la extracción, clasificación y comercialización de diamantes mundialmente. Otro filme que muestra el lado nada glamoroso detrás de la extracción de estas gemas es “Diamantes de sangre” con Leonardo Di Caprio como personaje central. En todo caso, hago esta introducción para referenciar lo que se ha constituido desde tiempos muy antiguos como un objeto cuyas características físicas y la intervención humana lo han convertido en símbolo de estatus, riqueza, perdurabilidad, compromiso y grandes conflictos humanos.

Como mineral, el diamante no es más que carbono puro cristalizado, es la gema más valiosa en la joyería y puede ser tallada en diversas formas. También es la sustancia de mayor dureza conocida (10 en la escala de Mohs), y por su altísimo índice de refracción de la luz y su dispersión de color resulta inigualable como gema “esplendorosa”. La valoración de las cualidades de los diamantes en la joyería se realiza según cuatro medidas denominadas las cuatro “C” COLOUR (Color), CLARITY (grado de pureza), CUT (talla) y CARAT (peso en quilates). Esta gema puede presentarse en tonalidades que van del blanco azulado al blanco débil, todos ellos incoloros a simple vista, también los hay de tono amarillos de diversas gradaciones, se ven casos de diamantes de colores inusuales, como el rosa, azules, ligeramente purpuras.

Bien por su extraordinario peso, su gran calidad, o por su historia ligada a personajes y acontecimientos extraordinarios o legendarios, hay diamantes conocidos con nombre propio, como si de pequeños dioses o seres mitológicos se tratara, he aquí una muestra de ellos:

Briolette de la India



Se trata del diamante más antiguo tallado que se conoce. Su peso es de 90,38 quilates con talla en forma de “briolette”, se cree perteneció a Leonor de Aquitania, cuyo esposo Luis VII de Francia lo adquiriría en Asia Menor durante la Segunda Cruzada (1146-1149). También es historia no comprobada que Leonor se lo regalase a Ricardo Corazón de León y que este lo entregase como rescate cuando estuvo prisionero en Austria. De lo que no cabe duda es que Enrique II de Francia se lo obsequió a Diana de Poitiers, quien aparece retratada luciendo la extraordinaria gema en algunas pinturas de la época (primera mitad del siglo XVI). En tiempos más recientes perteneció al magnate americano Harry Winston.

Cartier



Originalmente un diamante en bruto, tallado en Sudáfrica en 1966 con un peso de 240,8 quilates. También fue propiedad de Harry Winston , quien lo mandó a tallar en forma de pera para finalmente quedar con un peso de 69,42 quilates. En 1969 fue adquirido en subasta por la casa Cartier , quien le dio el nombre de su firma, al siguiente día lo compró Richard Burton para regalárselo a su entonces esposa Elizabeth Taylor. En 1979 Taylor lo vendió a los joyeros Lambert Bros de Nueva York, quienes lo rebautizaron con el nombre “Cartier-Burton

Cullinan



El enorme de este diamante de 3.107 quilates hallado en las minas de Sir Thomas Cullinan cerca de Pretoria (Sudáfrica) fue regalado por el gobierno del Transvall a Eduardo VII de Inglaterra en 1907. Un año después sería llevado a tallar a la firma Asscher de Amsterdam. De su fragmentación y tallado de la piedra original resultaron las siguientes gemas:
La gran estrella de África”, el diamante tallado más grande del mundo con un peso de 530,22 quilates. Se encuentra engastado en el cetro de la Corona Británica que se encuentra resguardado en La Torre de Londres.



La segunda estrella de África” con un peso de 317,40 quilates, segundo más grande del mundo se halla engastado en la Corona Imperial Británica, también en custodia en la Torre de Londres.

Un “pendeloque” de 94,40 quilates engastado en la corona de la Reina Mary de Teck, que ahora pertenece a Isabel II de Inglaterra, quien suele usarlo como broche.


Reina Mary de Teck, abuela de Isabel II de Inglaterra.

Un brillante cuadrado de 63,60 quilates perteneciente a la Reina Isabel II de Inglaterra.

Un diamante en forma de corazón de 18,80 quilates engastado en un broche de la Reina Mary.

Dresden



Son seis diamantes indios llamados de Dresden por haber pertenecido a Augusto el Fuerte de Sajonia (1670-1733) que los guardaba en Dresden. Uno de ellos es el Dresden blanco de 49,71 quilates, otro el Dreden verde de 41 quilates y otros cuatro amarillos.

Eugenia (o Potemkim)



Brillante ovalado de 51 quilates que toma el nombre de la Emperatriz Eugenia a quien Napoleón III se lo regaló con motivo de su boda. Previamente perteneció a Catalina la Grande de Rusia, quien lo lució el día de su coronación en 1762 y lo regaló más tarde a su favorito Grigori Potemkim.

Florentino



También conocido como “Austríaco Amarillo” y “Toscano” pesa 137,27 quilates y su primer propietario conocido fue Fernando I de Medici, según inventario fechado en 1621. Continuó en poder de la familia Medici hasta el siglo XVII cuando las joyas de Toscana pasaron a la Casa Imperial de Austria. El diamante permaneció en el tesoro de la Casa de Habsburgo hasta 1919, cuando Carlos I, previendo su abdicación, lo desprendió de la corona y gestionó en secreto su venta. Se desconoce su paradero actual. Existen sospechas de que la gema fue fraccionada en tres piezas irreconocibles.

Hope



Recibe su nombre de Lord Henry Philip Hope, quien lo adquirió en Londres en 1830. Pesa 45,52 quilates , es de raro color azul profundo y fue cortado en forma oval (cojín) y tallado con 60 facetas. Se supone que el Hope formara parte de los “diamantes azules de la Corona Francesa” y fuese robado durante la Revolución, portando desde entonces, la mala suerte y la desgracia a sus propietarios. Sobre esta leyenda, Susanne Steinem Patch escribió el libro “Misterio Azul”. Lord Hope lo heredó de su padre y lo vendió en 1901 a Simon Frankel de Nueva York. Desde entonces ha pertenecido a Abdul Hamid II Sultán de Turquía, a los joyeros Cartier, Evelyn Walsh McLean y Harry Winston, quien lo donó al instituto Smithsoniano en Whashington dode es exhibido al público en la sala de gemas.

Regente



De 140,50 quilates fue vendido en 1717 al Duque de Orleans, Regente de Francia durante la minoría de edad de Luis XV, quién lo lució en su coronación en 1772. La joya desapareció durante la Revolución Francesa y fue reencontrada en París años más tarde. Se dice que con el dinero de su venta se financió la ascensión al poder de Napoléon, quién lo hizo engastar en el puño de su espada que utilizó en su coronación como Emperador. En 1940, fue escondido en el Castillo de Chambord. Después de la guerra volvió a París donde se muestra en el Museo del Louvre.

Sancy



Famoso diamante indio conocido también como el “Gran Sancy” con forma de pera y talla en rosa, con tabla de 5 caras, y un peso de 53.23 quilates, posee varias versiones sobre su transcurrir histórico: Aparece por vez primera en 1593 como propiedad de Nicolás Harlay, Señor de Sancy, quien lo compró en Constantinopla y lo llevó a Francia. Lo presta a Enrique III y Enrique IV de Francia y en 1599 lo pone en venta. La hermana de Sancy, esposa del Conde de Beaumont, embajador francés en Inglaterra, lo vende a Jaime I, que lo llevó en su sombrero. En 1625, lo hereda el hijo de Jaime, Carlos I, cuya esposa lo lleva de nuevo a Francia. Más tarde aparece en manos del Cardenal Mazzarino, quien lo legó en 1661 a Luis XIV.

Fue llevado en la coronación de Luis XV y más tarde por María Antonieta y Luis XVI. En el siglo XIX aparece en manos de Manuel de Godoy, favorito de la Reina española María Luisa, de quién pasó a los Borbones españoles. En la actualidad es propiedad del Museo del Louvre.

sábado, 17 de julio de 2010

El alto renacimiento italiano: Tiziano el pintor “Moderno”


Tiziano (Tiziano Vecellio 1488-1567) sucesor de Giorgione, estaba destinado, a diferencia otros grandes exponentes de su tiempo a disfrutar de una de las vidas más largas de la historia del arte, y fue uno de esos artistas afortunados (Rembrandt y Matisse fueron otros dos) que cambian y desarrollan en cada fase, y acaban por alcanzar su cima en la vejez. Sus primeras obras son maravillosas; las últimas incomparables.


“Amor sacro y amor profano” 1515-1516.

Antes de trabajar con Giorgione, Tiziano pasó un corto tiempo en el taller de Giovanni Bellini. La maestría de este último en las técnicas del óleo fue de capital importancia para el arte de Tiziano, la cual además influenciaría el curso de la pintura occidental posterior. En las pinturas del artista se puede encontrar una libertad que profetizaba el arte para el momento: El material se valora por sus inherentes cualidades expresivas, en armonía con la narración de la pintura, pero distintas en forma. Tiziano quizá sea el más importante de todos los grandes pintores del Renacimiento. A diferencia de sus predecesores, dedico todas sus energías a la pintura y, por lo tanto, puede considerarse como el precursor del pintor moderno.


“Cristo apareciéndose ante la Magdalena” (Noli me Tangere) Hacia 1512 Representación de la historia bíblica donde Cristo luego de su resurrección se aparece ante María Magdalena donde al mismo tiempo le prohíbe que lo toque (Noli me Tangere) y a la vez le pide que comunique su resurrección a sus discípulos.

“Cristo apareciéndose ante la Magdalena” (Noli me Tangere) muestra al joven Tiziano deleitándose con la relación humana entre Magdalena, vestida con suntuosas telas, y el austero Cristo, que se aparta de ella con exquisita cortesía.
Cristo casi danza en la libertad de la resurrección; ella aparece de rodillas con el peso de las complicaciones terrenales. Un pequeño árbol simboliza el comienzo de una nueva vida, y un gran mundo se extiende hacia las colinas azules, lejanas, dejando a María Magdalena que haga su propia elección. Se observa un pequeño toque de nostalgia en el cuadro, pero fundamentalmente se aprecia su vigor terrenal.


Otra muestra de su maestría la encontramos en su retrato de Ranuccio Farnese, nieto del papa Pablo IV, perteneciente a una de las familias más influyentes de Italia. La pintura elaborada en la madurez del pintor, muestra un artista de gran profundidad espiritual, ahora no se deleita en la pura técnica que convierte el pensamiento en imagen; ahora pinta desde su propia profundidad y se siente que la imagen casi se levanta espontáneamente.


“Ranuccio Farnese” 1542.

Este es el retrato de un adolescente, espléndido en su traje de cortesano. Una cruz de plata brilla en su pecho, y la luz se esparce a su alrededor. Pero los aspectos heráldicos y guerreros están en sombras, lo que es real para el muchacho es el guante que sostiene en la otra mano, una mano visiblemente desnuda, preparada para llevar el peso de la vida, sin miedo y desprotegida al mismo tiempo. Aún no ha acabado de crecer, y la mirada de expectación en el joven rostro está llena de inocencia. Es admirable la dignidad que ha Tiziano le ha parecido apropiada transmitir, pero a la vez es conmovedor el negro envolvente, en el que Ranuccio se asemeja a una pequeña vela encendida.La precepción de Tiziano es sobrecogedora por su realismo. Lo que hace con una soberbia habilidad técnica, es exponernos la verdad de un individuo con toda su debilidad, y sin embargo ha conseguido una pintura sumamente bella.


Ya hacia el fin de su vida, el artista selecciona pintar escenas mitológicas profundamente poéticas de un tono profundo y triste. A veces repetía una composición, como si buscase la expresión completa de una visión irrealizable. Una de estas recurrencias es el tema de “Venus y Adonis”, en el que la diosa del amor le ruega al joven adonis que se quede con ella porque conoce por su perspicacia profética que morirá mientras caza. Adonis no le hace caso; no cree, típico de la inexperiencia, que pueda morir. Hay una dolorosa ironía en el hecho de que ella es el ser más deseado por todos los hombres, la diosa más encantadora y la más querida; pero la emoción de la cacería tiene incluso más encanto para Adonis que la felicidad sexual, y la rechaza con impaciencia. Incluso se percibe el conflicto mujer mayor / hombre joven, otra ironía, puesto que Venus es inmortal y Adonis se lo cree.


“Venus y Adonis” 1560.

Lo que hace que las últimas obras de Tiziano sean tan maravillosas son los tonos vibrantes, la dulce y resplandeciente belleza de la carne. Venus nos muestra su soberbia espalda, sus seductoras curvas llenas de promesas. Adonis en su dureza y virilidad complementa la suavidad de ella. El cabello recogido de Venus sugiere deliberación, no se trata de una dama despeinada en su dormitorio, ellos duermen bajo el inmenso cielo. Los grandes perros, más sabios que su amo, perciben la tragedia, en incluso Cupido llora de pena.

jueves, 15 de julio de 2010

Felicidad



Solitario busqué la felicidad,
y cuando estuve cerca de ella
el alma le susurro al corazón:


"La Felicidad que tú persigues
es una doncella nacida y criada
en lo hondo de los corazones,
que jamás abandona ese lugar".
Y cuando abrí mi corazón para encontrarla,
solo hallé su reflejo, su cuna y su ropaje.
La felicidad tampoco estaba allí.


La felicidad es un mito perseguido.
Cuando lo alcanzamos nos aburre.
Como río que corre en la pradera
y pierde velocidad y se diluye.
Los hombres solo son felices
cuando aspiran llegar a las alturas.
Y si alcanzan su objetivo se apaciguan,
y empiezan a anhelar otras distancias.


La felicidad en la tierra es un fantasma,
veloz y pasajero, que los hombres
anhelan alcanzar a cualquier precio.
por él dan todo el oro, todo el tiempo.
Acaban por asirlo y lo abandonan con hastío.



Khalil Gibran

miércoles, 14 de julio de 2010

Guggenheim Museos, una visión del coleccionismo


Guggenheim de Nueva York. Diseño de Frank Lloyd Wright

La presencia del apellido Guggenheim en el mundo del arte, mecenazgo (Vease entrada dedicada a Peggy Guggenheim), coleccionismo e integración pública a través de su red de museos es una importantísima contribución en este medio. Todos tienen su origen y forman parte de la fundación creada por Solomon Robert Guggenheim, hermano mayor del padre de la connotada Peggy Guggenheim. En principio, Solomon se apegó fielmente a la dirección del imperio minero de su familia, el cual aderezó con una alianza matrimonial con una Rothschild.


Guggenheim de Bilbao, España. Diseño del arquitecto canadiense Frank O. Gehry

A sus 65 años llega a su vida una hermosa pintora proveniente de Europa, la baronesa Hildegard Rebay von Ehrenwiesen. No existen pruebas sobre una relación amorosa entre ellos, pero sí de la influencia que ella tuvo en la introducción de Guggenheim en los círculos de la pintura de vanguardia. En una década Solomon acumuló la mayor colección privada de arte contemporáneo del mundo, que en 1959 encontró residencia definitiva en Nueva York en una especial edificación con forma espiral diseñada por el arquitecto Frank Lloyd Wright.


Guggenheim de Berlin, Alemania.

La colaboración entre los Museos Guggenheim posibilita el acceso compartido a todos estos fondos artísticos, constituyendo un nuevo modelo de museo que presenta el arte al público de una manera dinámica y siempre cambiante, en el que las obras no se exponen en lugares fijos; la pertenencia a la red Guggenheim permite ofrecer visiones más completas y diversas del arte de nuestro tiempo. Los museos Guggenheim tienen, por tanto, la posibilidad de acceder a las otras colecciones, que en conjunto abarcan desde las primeras vanguardias hasta el arte contemporáneo, y ello permite mostrar obras maestras con las que, de otro modo, un nuevo museo no podría contar.


Palazzo Venier dei Leoni. Guggenheim en Venecia. Italia

En el caso particular de la colección de su sobrina Peggy, a pesar de las diferencias que tenía con Hildegard Rebay sobre sus elecciones artísticas para la colección de su tío, finalmente accede en 1976 a que su colección atesorada en Venecia forme parte de la fundación de Solomon Guggenheim bajo la inquebrantable condición de “Que se queden en Venecia. A no ser que Venecia se hunda” cosa que a la fecha no ha ocurrido afortunadamente.

martes, 13 de julio de 2010

Whistler: La visión americana del impresionismo

“El arte debería erguirse solo y atraer el sentido artístico de la vista o el oído sin confundirlo con emociones totalmente alejadas de él”


“Tres figuras: rosa y gris”

James Abbott Mcneill Whistler (1834 – 1903), aunque residía en Londrés, era estadounidense. Un personaje extravagante, fue una de las figuras más famosas y coloristas del mundo del pintura del siglo XIX. En 1855 deja los Estados Unidos y viaja a París con el propósito de estudiar arte. Lo hizo en el estudio de Charles Gleyre, un defensor del realismo, lo cual hizo que por un tiempo se convirtiese en un seguidor entusiasta de Gustave Coubert. Luego de cuatro años, abandona París y se establece en Londres en vista del éxito de sus primeros trabajos en Inglaterra.


“Autorretrato”

Whistler transitó en el límite del impresionismo durante los años sesenta del siglo XIX, estando bastante cerca de pintar puras “sensaciones”. Los grabados japoneses tuvieron una importante influencia en su estilo, de forma que fue de los primeros artistas en comprender y asimilar la lección del arte japonés para incorporarlo en su creación sin llegar a la imitación. Tradujo las cualidades bidimensionales, los tonos fríos y detalles de la pintura japonesa a un tratamiento muy personal de la armonía del color y de tono sobre superficies planas y decorativas.


“Nocturno en negro y oro: El viejo puente de Battersea” 1872-1875

Su obra “Nocturno en negro y oro: El viejo puente de Battersea” muestra su interés por los arreglos armoniosos de color y forma. Su título musical, da énfasis a las pocas notas de color que brillan en el fondo oscuro, que sugiere que tan solo nos da una impresión de lo que se ve, no de lo que en realidad está ahí. Su puente alargado se asemeja más a las imágenes de la pintura japonesa que al lugar al puente real que pinta. No obstante la fuerza de la pintura es genuina y tiende a pensarse que así debía verse Londres en ese tiempo, con sus humeantes chimeneas. Se nota la visión romántica de un extranjero (norteamericano) mucho más “enamorada” que el londinense medio.


“Muchacha de Blanco” 1862

Whistler demuestra su maestría al jugar con las formas y colores, y es su intrínseca relación, más que el juego de la luz, lo que prefiere y satisface. “Muchacha de blanco” es una gran pieza de arte decorativo, Jo Hefferman, su amante, ocupa placenteramente el centro del cuadro. Existe una exquisita sutileza en los diferentes tonos de blanco: La gruesa cortina adamascada; la suave blancura de su vestido; la rosa que sostiene en la mano, apenas sugerida por el marco del verde; al tiempo que su rostro bello y oscuro rodeado por la cascada de cabello resulta de una tristeza enigmática.


“Música y Pintura”

domingo, 11 de julio de 2010

La Peregrina. Un viaje de la realeza europea a la realeza de Hollywood


El Joyel de los Austrias: Nótese a “la Peregrina junto al diamante “el estanque”

El nombre «Peregrina» no se debe a su historial viajero, sino a su peculiar forma. En siglos anteriores, el adjetivo «peregrino» significaba «raro, caprichoso, especial». Esta perla fue también llamada «La sola», «La margarita»..., aunque también puede asociarse a largo viaje del que fue objeto.


María Tudor, Reina de Inglaterra adornada con “La peregrina”

Esta famosa y connotada perla fue encontrada en Panamá en el tiempo del reinado de Felipe II de España, se afirma que su peso era de 58,55 quilates (234 gramos), llegó a las manos del rey prudente en 1560, quien en primera instancia la entregó como regalo a su segunda esposa María Tudor (Reina de Inglaterra) en 1554, a la muerte de María, la joya regresa a España y fue usada por las subsecuentes esposas de Felipe II, III, IV y Carlos II. En 1706, la esposa de Felipe V intento venderla. María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV, la hizo montar nuevamente, hacia 1790, con una esfera ovalada de oro con diamantes incrustados, rodeada con la inscripción “Soy la peregrina”. El hermano de Napoleón Bonaparte, José, se apoderó de ella en 1808 y se la lleva a Francia tras su abdicación.


Ana de Austria, Reina de España, última esposa de Felipe II

Paso una serie de vicisitudes en manos de la familia Bonaparte, hasta quedar en poder el Duque Abercorn, de Omagh en Irlanda del norte. Esta joya (suspendida de una montura foliada de platino con diamantes incrustados) fue vendida en subasta pública en Nueva York por las Parke-Benet Galeries, el 23 de Enero de 1969, por $ 37.000,00 al actor Richard Burton quien luego se la obsequió a su amada Elizabeth Taylor, su actual propietaria, Taylor la entregó a la casa Cartier, quienes la incorporaron a un collar de estilo renacentista elaborado con perlas, diamantes y rubíes.


Elizabeth Taylor

Han surgido discusiones sobre esta valiosísima perla, pues existió otra de similar tamaño, peso y forma hallada en 1691 y regalada a Carlos II (de España) esta “hermana” fue llamada a veces” la compañera de la peregrina”, la misma también sirvió de adorno a varias reinas españolas hasta ser destruida por un incendio ocurrido en Madrid en 1734. Existe otra perla en forma de lágrima conocida como “la peligrina”, obsequiada poe Felipe IV a su hija María Teresa, cuando se casó con Luis XIV de Francia y que luego llego a Rusia para ser usada por la Princesa Youssoupoff.

Al día siguiente de la subasta de 1969, el Duque de Alba, don Luis Martínez de Irujo, para el momento, Jefe de la Casa de la Reina Victoria Eugenia de España, convocó a la prensa en Lausana. El comunicado, dictado por la Soberana, explicaba que la perla vendida en Nueva York no era la auténtica «Peregrina», toda vez que ésta era propiedad de su Augusta Señora, quien la había recibido de Alfonso XIII con motivo de su boda. La rueda de prensa se completó con la exhibición de la joya. La noticia fue acogida con escepticismo por los especialistas y expresamente desmentida por la Casa de Subastas.


Sofía, actual Reina de España

La perla exhibida por el Duque de Alba será la misma que Doña Victoria Eugenia legará en su testamento a su hijo Don Juan, Conde de Barcelona, y que en 1977, con motivo de la renuncia de sus derechos dinásticos, éste transmitirá a su hijo Don Juan Carlos. Desde entonces, Doña Sofía la ha lucido en múltiples ocasiones.