"La perfección no es cosa pequeña, pero está hecha de pequeñas cosas." Miguel Ángel

miércoles, 16 de junio de 2010

Jean-Baptiste Lully: El músico del Rey Sol



Los años de 1670 – 1673 constituyeron un período de encuentro entre la historia general y la historia del arte en particular, se permite a veces el placer de preparar con sabiduría: Los hombres, los acontecimientos, los instrumentos mismos parecen acudir puntualmente a la cita. De hecho lo que ocurre durante estos años marcará de forma definitiva el futuro de la música francesa y en cierta medida la música de occidente.


Luis XIV de Francia

Los hombres: Luis XIV, Rey de Francia (conocido como el rey sol) aporta varios elementos. Su marcado deseo de grandeza unida a su formidable voluntad como la de pocos soberanos de su tiempo; su amor sincero y competente por las artes en general, y en particular por la música y la danza convertirán definitivamente estas dos manifestaciones en instrumentos privilegiados para reafirmar su “deseo de gloria”, y en reciprocidad dará a los artistas que se desempeñan en tales disciplinas medios de creación prácticamente ilimitados.
Este es el caso de Jean-Baptiste Lully, quien se beneficia de este mecenazgo real. Se le critica su actitud dictatorial en relación con la música (como también al Rey Sol en relación con las artes), mas sin embargo, ello no resta que jamás un músico haya recibido de su mecenas medios materiales, financieros y morales tan importantes (ni siquiera Richard Wagner por parte de Luis II de Baviera); es gracias a ese poder que Lully obtuvo la capacidad para influir como lo hizo en la música.
El entorno en el que se encontraba el músico es una encrucijada. Italiano de nacimiento, de temperamento y también de formación (pese a su temprano arribo a París), pero francés por adopción y habiendo hecho suyos los conceptos y gustos artísticos de su segunda patria, él en si mismo es un cruce de caminos. Pero eso no es todo, el italiano Lully le aporta al ballet de la época una renovación, mayor vigor, técnicas más precisas pero, sobre todo eso, nuevos horizontes. El rey le proporciona los medios y ocasiones para llevarlo a cabo. A su vez Lully, hace evolucionar el ballet de acuerdo con el ritmo del regio personaje, siempre bajo el común denominador de la grandeza, nobleza y esplendor. El epítome ocurre cuando Luis XIV ordena que trabajen juntos Lully y Molliere, equipo que produce el género mixto de la comedia ballet, que ampliará decisivamente su coreografía al darle dimensión dramática.


"Moliere"

De tal manera, mientras que la ópera italiana nace de una de la ampliación de la tragedia mediante la música, la ópera francesa se origina de la dramatización del ballet en estrecha relación con la comedia, ya luego con la tragedia.
Un punto de inflexión da un giro a los acontecimientos, en 1670 Luis XIV deja de bailar, la consecuencia directa es que el ballet desaparece de inmediato. Molliere y Lully deben entonces buscar una nueva vía a través de la ampliación de la comedia ballet, que culmina ese mismo año con su obra “El burgués gentilhombre” , luego se suceden “Tragédie ballet de Psyché” (1671) y posteriormente de Lully en solitario con su creación de la ópera “a la francesa” “Cadmus et Hermione” (1673) y “Alceste” (1674).



La práctica constante del ballet en la corte francesa condujo a la institución permanente de lo que se conoce como: les vingt-quatre violons du roi (los veinticuatro violines del rey). Mientras que al mismo tiempo en toda Europa las agrupaciones instrumentales no tenían un número definido sino mas bien aleatorio, según la disponibilidad del momento y del lugar. En cambio, la formación de los 24 violines se presenta como la primera orquesta en el sentido moderno de la palabra, es decir, aquella en el que el reparto regular de los instrumentos es anterior a la obra a ejecutar y sus condiciones. Su estructura era masiva, compuesta por un núcleo denso de cuerdas que rodean a los oboes de l´Ecurie. Esta nueva estructura instrumental sin parangón al transponerse a la ópera dio una sonoridad específica que caracterizó a la música francesa, pero que además se permeó en las cortes europeas.



Fuente consultada: "El ou le de Lully musicien a du soleil" Beaussant, Philippe

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