domingo, 1 de agosto de 2010

Wassily Kandinsky: Paradigma de la abstracción

La abstracción en Kandinsky surgió como necesidad interior, una necesidad que podía inspirar el arte verdadero en sí mismo, lo cual lo alejó de las imágenes representativas. Kandinsky era ruso y estudió Derecho; un hombre brillante y persuasivo. En 1897, cuando ya tenía más de treinta años, decidió trasladarse a Múnich para estudiar arte. Cuando se formo “Der Blaue Reiter” (“El Jinete Azul” en castellano, nombre que recibió un grupo de artistas expresionistas, fundado por Wassily Kandinsky y Franz Marc en Múnich en 1911.), él ya estaba “abstrayéndose” de la imagen, que utilizaba como una palanca creativa para su precursor estilo. Una tarde, al ver una de sus pinturas de lado en el caballete, se sorprendió de su belleza, mucho más intensa que cuando la colocó bien. El color liberado y la belleza formal le maravillaron.

Kandinsky, un hombre sensible y con determinación, era un buen profeta para recibir una visión como ésta. La predicó a través del ejemplo, e incluso aquellos que recelaban de esta nueva libertad solían acabar convencidos por sus obras. “Improvisación 31”, tiene un título menos generalizado, “Batalla naval”, y con este detalle puede verse como utiliza la imagen de dos grandes barcos disparando sus cañones y cómo ha abstraído estos dos detalles específicos en una soberbia conmoción de la pintura. Aunque no muestra una batalla en el mar, consigue que el observador la experimente, con su confusión, su coraje, su emoción y furioso movimiento.

“Improvisación 31” (Batalla naval) 1913.

Kandinsky utiliza los colores principalmente para comunicar todo esto, los mismos, saltan y se extienden por el centro del cuadro, para reducirse toscamente en los extremos superiores y mancha de forma ominosa el extremo inferior derecho. También hay manchas de pintura o de sangre. La acción tiene lugar entre dos fuertes diagonales ascendentes que crean un triángulo central que se eleva aún más. Esta sensación de subida es la sensación heroica de la violencia.

“Acento en rosa” 1926.

Estos arrebatos libres y salvajes no son la única forma que puede adoptar lo abstracto, y en sus últimos años, más tristes, Kandinsky se convirtió en un hombre mucho más cohibido; todo rastro de su inspiración original se pierde entre magníficas formas. “Acento en rosa” existe únicamente como objeto por derecho propio: el “rosa” y el “acento” son puramente visuales. El único significado que puede encontrarse yace en lo que se capta al experimentar el cuadro, y eso exige una prolongada contemplación. Lo que muchas personas encuentran difícil del arte abstracto es la labor extremadamente exigente y lenta que implícitamente requiere. Sin embargo, sino miramos durante un largo rato y con el corazón abierto, no se verá nada a excepción de un precioso papel pintado.

“Composición 8” 1923.

1 comentario:

  1. Excelente artículo...como todo lo que aquí leemos...
    Las imágenes, la información y la redacción convierten este post en un placer para los amantes de las bellas artes...
    Felicidades Antonio...gracias X este espacio tan especial...

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