sábado, 17 de julio de 2010

El alto renacimiento italiano: Tiziano el pintor “Moderno”


Tiziano (Tiziano Vecellio 1488-1567) sucesor de Giorgione, estaba destinado, a diferencia otros grandes exponentes de su tiempo a disfrutar de una de las vidas más largas de la historia del arte, y fue uno de esos artistas afortunados (Rembrandt y Matisse fueron otros dos) que cambian y desarrollan en cada fase, y acaban por alcanzar su cima en la vejez. Sus primeras obras son maravillosas; las últimas incomparables.


“Amor sacro y amor profano” 1515-1516.

Antes de trabajar con Giorgione, Tiziano pasó un corto tiempo en el taller de Giovanni Bellini. La maestría de este último en las técnicas del óleo fue de capital importancia para el arte de Tiziano, la cual además influenciaría el curso de la pintura occidental posterior. En las pinturas del artista se puede encontrar una libertad que profetizaba el arte para el momento: El material se valora por sus inherentes cualidades expresivas, en armonía con la narración de la pintura, pero distintas en forma. Tiziano quizá sea el más importante de todos los grandes pintores del Renacimiento. A diferencia de sus predecesores, dedico todas sus energías a la pintura y, por lo tanto, puede considerarse como el precursor del pintor moderno.


“Cristo apareciéndose ante la Magdalena” (Noli me Tangere) Hacia 1512 Representación de la historia bíblica donde Cristo luego de su resurrección se aparece ante María Magdalena donde al mismo tiempo le prohíbe que lo toque (Noli me Tangere) y a la vez le pide que comunique su resurrección a sus discípulos.

“Cristo apareciéndose ante la Magdalena” (Noli me Tangere) muestra al joven Tiziano deleitándose con la relación humana entre Magdalena, vestida con suntuosas telas, y el austero Cristo, que se aparta de ella con exquisita cortesía.
Cristo casi danza en la libertad de la resurrección; ella aparece de rodillas con el peso de las complicaciones terrenales. Un pequeño árbol simboliza el comienzo de una nueva vida, y un gran mundo se extiende hacia las colinas azules, lejanas, dejando a María Magdalena que haga su propia elección. Se observa un pequeño toque de nostalgia en el cuadro, pero fundamentalmente se aprecia su vigor terrenal.


Otra muestra de su maestría la encontramos en su retrato de Ranuccio Farnese, nieto del papa Pablo IV, perteneciente a una de las familias más influyentes de Italia. La pintura elaborada en la madurez del pintor, muestra un artista de gran profundidad espiritual, ahora no se deleita en la pura técnica que convierte el pensamiento en imagen; ahora pinta desde su propia profundidad y se siente que la imagen casi se levanta espontáneamente.


“Ranuccio Farnese” 1542.

Este es el retrato de un adolescente, espléndido en su traje de cortesano. Una cruz de plata brilla en su pecho, y la luz se esparce a su alrededor. Pero los aspectos heráldicos y guerreros están en sombras, lo que es real para el muchacho es el guante que sostiene en la otra mano, una mano visiblemente desnuda, preparada para llevar el peso de la vida, sin miedo y desprotegida al mismo tiempo. Aún no ha acabado de crecer, y la mirada de expectación en el joven rostro está llena de inocencia. Es admirable la dignidad que ha Tiziano le ha parecido apropiada transmitir, pero a la vez es conmovedor el negro envolvente, en el que Ranuccio se asemeja a una pequeña vela encendida.La precepción de Tiziano es sobrecogedora por su realismo. Lo que hace con una soberbia habilidad técnica, es exponernos la verdad de un individuo con toda su debilidad, y sin embargo ha conseguido una pintura sumamente bella.


Ya hacia el fin de su vida, el artista selecciona pintar escenas mitológicas profundamente poéticas de un tono profundo y triste. A veces repetía una composición, como si buscase la expresión completa de una visión irrealizable. Una de estas recurrencias es el tema de “Venus y Adonis”, en el que la diosa del amor le ruega al joven adonis que se quede con ella porque conoce por su perspicacia profética que morirá mientras caza. Adonis no le hace caso; no cree, típico de la inexperiencia, que pueda morir. Hay una dolorosa ironía en el hecho de que ella es el ser más deseado por todos los hombres, la diosa más encantadora y la más querida; pero la emoción de la cacería tiene incluso más encanto para Adonis que la felicidad sexual, y la rechaza con impaciencia. Incluso se percibe el conflicto mujer mayor / hombre joven, otra ironía, puesto que Venus es inmortal y Adonis se lo cree.


“Venus y Adonis” 1560.

Lo que hace que las últimas obras de Tiziano sean tan maravillosas son los tonos vibrantes, la dulce y resplandeciente belleza de la carne. Venus nos muestra su soberbia espalda, sus seductoras curvas llenas de promesas. Adonis en su dureza y virilidad complementa la suavidad de ella. El cabello recogido de Venus sugiere deliberación, no se trata de una dama despeinada en su dormitorio, ellos duermen bajo el inmenso cielo. Los grandes perros, más sabios que su amo, perciben la tragedia, en incluso Cupido llora de pena.

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