viernes, 25 de junio de 2010

Domenico Ghirlandaio: Maestro de Miguel Ángel.


"Retrato de Giovanna Tornabuoni"

En noticias recientes de la prensa española asociadas a las artes plásticas se ha destacado la muestra del museo Thyssen-Bornemisza dedicada al maestro italiano Domenico Ghirlandaio, con especial, énfasis en la exhibición del retrato de Giovanna Tornabuoni, la visión de estas reseñas me trajo a la memoria la hermosa película “Té con Mussolini”, donde por unos breves instantes se hace referencia a la obra del maestro ubicada en el pueblo amurallado de San Gimignano, de origen medieval, erigido en lo alto de las Colinas de la Toscana, en Italia. Es allí donde podemos ver al grupo de “prisioneras” inglesas de la trama de esta película proteger los frescos de Ghirlandaio dedicados a “Santa Fina”, de los bombardeos de la II Guerra Mundial. Ciertamente una obra que nos acerca a la belleza y colorido que significó el renacimiento italiano.


"Santa Fina"

El valor artístico de la obra de Ghirlandaio (1448-1494) puede considerarse superior a todos sus precursores y contemporáneos, conformando junto con Giotto, Masaccio, Filippo Lippi y Botticelli el elenco de los más grandes pintores italianos del Renacimiento. Su esquema compositivo es grandioso y decorativo, su claroscuro excelente, y en particular su técnica de la perspectiva es muy elaborada. El uso de los colores es más discutible, sobre todo en los cuadros a la tempera, que aparecen a menudo demasiado brillantes, mejorando mucho en los frescos. Utilizó exclusivamente estas dos técnicas, y nunca la pintura al óleo.


"El nacimiento de San Juan Bautista" (Detalle de pintura al fresco)

Una cierta dureza de los contornos, similar a la de los personajes de las esculturas de bronce podría indicar una formación inicial en el campo de éste tipo de trabajos. Fue el primero en introducir en el arte florentino la mezcla de arte sacro y profano que ya se practicaba previamente en Siena. Sus dibujos de las figuras de Cristo, la Virgen y los ángeles no son los de más alto nivel; una característica de sus dibujos que se suele resaltar a menudo es la excesiva fineza de las manos y pies. Una de sus máximas era: pintar se corresponde con dibujar. Ghirlandaio fue un maestro nunca satisfecho, y expresó en cierta ocasión el deseo de tener todos los lienzos de muralla de Florencia para cubrirlos de pinturas. Decía a sus asistentes en el taller que no rechazaran ningún encargo que les ofrecieran, aunque fuese para decorar un armario de señora, e incluso llegó a ejecutar personalmente trabajos de esa índole a pesar del descontento de sus aprendices.


"Adoración de Los Magos"

Ghirlandaio fue el primero en eliminar de sus pinturas el uso de los dorados, representando de modo realista cualquier objeto de los que convencionalmente se pintaban así; se pueden reseñar algunas importantes excepciones, como por ejemplo la luminosidad del paisaje en la Adoración de los Magos, expuesta actualmente en la Academia de Florencia, y que obtuvo mediante la utilización del oro.

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