Camino tarde por senderos polvorientos,
las sombras de los muros caen oblicuamente,
y puedo visualizar a través de los sarmientos
la luna sobre sendas y arroyos salientes.
Canciones que un día entonara en el pasado,
entono una vez más, con acento cansino,
y las sombras infinitas de lo que he viajado
se cruzan e interponen en mi camino.
El viento, la nieve y el calor solar
de muchos años tras de mí resuenan,
noches de verano y azul relampaguear,
tormentas e incomodidades que apenan.
Con la piel tostada y del todo invadido
por el esplendor del universo entero,
siempre hacia adelante me siento atraido,
hasta que las sombras cubren mi sendero.
Hermann Hesse
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