miércoles, 25 de mayo de 2011

La escena pictórica americana: El realismo solitario de Edward Hopper

 

Hopper FotoEdward Hopper (1882 – 1967) pintó paisajes americanos y vistas urbanas de una inquietante veracidad. Mostraba el mudo que veía y le rodeaba pero a través de un frío cristal, que lo alienaba y con frecuencia lo mostraba vacuo. Sus personajes parecen aquejados por una extrema soledad. El pintor obtuvo celebridad y reputación por la forma que le dio a la soledad y al aburrimiento de la ciudad. Esta perspectiva fue novedosa dentro del arte con mucha vinculación al sentimiento de desesperanza generado por la Gran Depresión de los años treinta del siglo pasado.

Tarde en Cape Cod 1939

“Tarde en Cape Cod” 1939

Esta pintura debería presentar una visión idílica, y de alguna forma lo es. La pareja disfruta en la puerta de su casa del sol del atardecer; no obstante, son una pareja solo técnicamente y su entretenimiento es totalmente pasivo. La casa se cierra a la intimidad; el perro es la única criatura alerta, pero incluso él, se aleja de la casa.

La colina del faro 1927

“La colina del faro” 1927

De las numerosas obras que Hopper dedicó a las vistas costeras, destaca la serie de los faros, cuya característica principal fue el uso de zonas iluminadas en franco contraste con amplias áreas sombreadas. La tela esta dividida en dos franjas horizontales, el cielo y la tierra, contrapuestas al empuje vertical de la casa y la masa cilíndrica del faro. El artista elige un punto de vista muy bajo, tanto que no se ve el mar, solo podemos imaginar su presencia al otro lado de la colina. El paisaje desnudo y la ausencia de personas infunden a la imagen una atmósfera inquietante.

Los noctámbulos 1942

“Los noctámbulos” (Nighthawks)

En este trabajo, los protagonistas se encuentran absortos en sus propios pensamientos, distantes e indiferentes a los demás. El artista afirmó que su inspiración vino de mirar a unos clientes de un restaurante de Nueva York, en la avenida Greenwich y que luego convirtió en un ícono de la soledad e incomunicación de las grandes ciudades.

Gasolina 1940

“Gasolina” 1940

Si el expendedor de gasolina representa la civilización, el bosque del otro lado es el de la naturaleza, salvaje e incontaminada. Todavía se aprecia claridad en el cielo, pero las luces artificiales de la casa indican que anochece y que el hombre, otro mas de los taciturnos personajes del pintor ha terminado su jornada.

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