miércoles, 14 de julio de 2010
Guggenheim Museos, una visión del coleccionismo
Guggenheim de Nueva York. Diseño de Frank Lloyd Wright
La presencia del apellido Guggenheim en el mundo del arte, mecenazgo (Vease entrada dedicada a Peggy Guggenheim), coleccionismo e integración pública a través de su red de museos es una importantísima contribución en este medio. Todos tienen su origen y forman parte de la fundación creada por Solomon Robert Guggenheim, hermano mayor del padre de la connotada Peggy Guggenheim. En principio, Solomon se apegó fielmente a la dirección del imperio minero de su familia, el cual aderezó con una alianza matrimonial con una Rothschild.
Guggenheim de Bilbao, España. Diseño del arquitecto canadiense Frank O. Gehry
A sus 65 años llega a su vida una hermosa pintora proveniente de Europa, la baronesa Hildegard Rebay von Ehrenwiesen. No existen pruebas sobre una relación amorosa entre ellos, pero sí de la influencia que ella tuvo en la introducción de Guggenheim en los círculos de la pintura de vanguardia. En una década Solomon acumuló la mayor colección privada de arte contemporáneo del mundo, que en 1959 encontró residencia definitiva en Nueva York en una especial edificación con forma espiral diseñada por el arquitecto Frank Lloyd Wright.
Guggenheim de Berlin, Alemania.
La colaboración entre los Museos Guggenheim posibilita el acceso compartido a todos estos fondos artísticos, constituyendo un nuevo modelo de museo que presenta el arte al público de una manera dinámica y siempre cambiante, en el que las obras no se exponen en lugares fijos; la pertenencia a la red Guggenheim permite ofrecer visiones más completas y diversas del arte de nuestro tiempo. Los museos Guggenheim tienen, por tanto, la posibilidad de acceder a las otras colecciones, que en conjunto abarcan desde las primeras vanguardias hasta el arte contemporáneo, y ello permite mostrar obras maestras con las que, de otro modo, un nuevo museo no podría contar.
Palazzo Venier dei Leoni. Guggenheim en Venecia. Italia
En el caso particular de la colección de su sobrina Peggy, a pesar de las diferencias que tenía con Hildegard Rebay sobre sus elecciones artísticas para la colección de su tío, finalmente accede en 1976 a que su colección atesorada en Venecia forme parte de la fundación de Solomon Guggenheim bajo la inquebrantable condición de “Que se queden en Venecia. A no ser que Venecia se hunda” cosa que a la fecha no ha ocurrido afortunadamente.
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