jueves, 27 de mayo de 2010

HENRI ROUSSEAU: PINTURA PRIMITIVA O ARTE FANTASTICO

Henry Rousseau fue un artista que prefiguro la idea surrealista de la fantasía con su concepto fresco y naif del mundo, su obra no admite etiquetas, y aunque se la ha contado entre los pintores naif (ingenuos) o primitivos (dos términos utilizados para definir a los artistas sin formación), el traspasa esas catalogaciones. Conocido como Le Douanier después de trabajar toda la vida en las aduanas parisinas, Rousseau es el perfecto ejemplo del tipo de artista en que creían los surrealistas: el genio autodidacta cuyo ojo podía ver mucho más lejos que el de cualquier artista en formación.


"Paisaje con puente"

Rousseau fue un artista de una época anterior: murió en 1910, mucho antes de que los pintores surrealistas defendiesen su arte. Pablo Picasso , no sin ironía hizo que el mundo artístico le prestara atención, aquella que aquel creía totalmente merecida. Aunque el mayor deseo de Rousseau era pintar con estilo académico, y él consideraba que sus cuadros eran totalmente reales y convincentes, el mundo del arte quedo encantado con su intensa estilización, su visión directa y sus imágenes fantásticas


"El Sueño"

Tanta confianza en sí mismo como artista le permitió convertir libros normales e ilustraciones de catálogos en piezas de arte genuino: sus pinturas sobre la selva, por ejemplo, no surgieron como producto de la experiencia vivida, y su principal fuente de inspiración para la exuberante flora que plena sus extraños lienzos era el invernadero de plantas tropicales de París.


"Niño en las rocas"

A pesar de algunas desproporciones, exageraciones y banalidades evidentes, la pintura de Rousseau desprende una misteriosa poesía. La pintura “Niño en las Rocas” es a la vez graciosa y alarmante. Las rocas parecen una serie de cimas de montañas, y el niño las empequeñece sin ningún esfuerzo. Su maravilloso ropaje a rayas, la máscara fuera de lo común que es su rostro, la incertidumbre de si está sentado o de pie sobre las rocas, todo aparece ante el espectador con una especie de fuerza soñadora. Solo un niño puede alzarse sobre el mundo con tal tranquilidad, y solo un artista con una visión sencilla e ingenua, con alma de niño puede comprender esta elevación y hacer que se aprecie como algo verdadero.


"La musa que inspira al poeta"

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