Albert Gleizes. Paisaje de Meudon. 1911.
Albert Léon Gleizes (1881-1953) pintor francés cuyos comienzos siguieron el camino de los impresionistas, pero en 1910 se integra al movimiento cubista del que fue uno de sus primeros y más importantes teóricos junto a Jean Metzinger. Expuso en el Salón des Indépendants de París de aquel año. Más tarde colaboró con Metzinger escribiendo en 1912, la obra Sobre el cubismo y los medios para comprenderlo, dotándolo de bases teóricas y estéticas.
“Paisaje de Meudon”, se expuso por primera vez en el Salón de los Independientes, inaugurado en abril clausurado en junio de 1911, posteriormente se exhibe en Bruselas y Barcelona, para luego pasar a manos de Alphonse Kann, uno de los primeros coleccionistas de obras cubistas. Durante la II Guerra Mundial, cae en manos de los nazis quienes expoliaron parte de la colección de Kann, para luego ser recuperada en 1949. El artista aunque sigue escrupulosamente la descomposición del cubismo analítico, todavía se mantiene fiel al sentido de la perspectiva y respeta las proporciones entre la figura del primer plano y las casas del fondo, a excepción de los dos árboles del centro de la composición que resultan mucho más estilizados.
Marcel Duchamp. Desnudo que desciende la escalera. 1912
Marcel Duchamp (1887-1968) Artista dadaísta francés, cuya obra ejerció una fuerte influencia en la evolución del arte de vanguardia del siglo XX. Duchamp comenzó a pintar en 1908. Después de realizar varias obras en la línea del fauvismo, se dedicó a la experimentación y al arte de vanguardia.
“Desnudo que desciende la escalera” nació en su primera versión como un estudio preliminar, un óleo sobre cartón hecho en diciembre de 1911. La segunda versión, efectuada sobre lienzo el mes siguiente, fue rechazada por la comisión del Salón de los Independientes de París. Fue expuesta en la galería Dalmau en Barcelona, y en febrero de 1913 en el Armony Show de Nueva York. Las influencias del cubismo analítico se muestran en la descomposición geométrica de las formas y en la reducida gama cromática. El artista indicó haberse inspirado en los primeros cromatogramas de Etienne-Jules Marey y en las secuencias fotográficas de Eadweard Muybridge, lo que le hizo estudiar los objetos y personas en movimiento.
Robert Delaunay. La Torre Eiffel. 1910
Robert Delaunay (1885-1941) pintor francés. Comenzó su trayectoria pictórica influido por el trabajo de Seurat, pasó luego por una breve etapa fauvista y derivó posteriormente hacia un estilo propio y colorista, basado en los principios del cubismo analítico. Delaunay investigó exhaustivamente las relaciones existentes entre forma y color.
El tema de la Torre Eiffel es recurrente en la obra de Delaunay, que a lo largo de su carrera recurrió a diferentes elecciones estilísticas. En este caso, el artista descompone la gran estructura metálica y la recompone con una perspectiva valiente y esbelta. Aplica los principios del cubismo en clave dinámica y espacial, y da prioridad a los valores cromáticos y a la luminosidad.
Jean Metzinger. En el velódromo. 1911-1914
Jean Metzinger (1883-1956) Pintor francés. Tras sus experiencias neoimpresionistas y fauvistas, se aproximó al cubismo y participó en las reuniones de la Sección de Oro, en Puteaux, en el taller de J. Villon. Publicó, en colaboración con Gleizes, Sobre el cubismo (1912). Su obra se divide en dos etapas: una cubista y otra realista.
La publicación “Sobre el cubismo” explica los motivos y aspectos que el arte de Metzinger quiere afrontar. Reconoce que se ha inspirado en las obras de Gustave Coubert y Paul Cézanne, y es de los primeros en revelar la relación que existe entre sus descomposiciones espaciales y la geometría no euclidiana. Su obra: “En el velódromo” es un buen ejemplo de su madurez expresiva, se evidencia la fragmentación de los planos y el ejemplo de puntos de vista diferentes , elementos típicos del cubismo, subrayados por un acentuado contraste de colores e intensificados por la inserción de superficies granulosas a modo de collage. Además Metzinger fusiona en un único conjunto dinámico el cuerpo del deportista en sus líneas esenciales y casi transparente con unas tribunas al fondo donde se concentra el público, caracterizado por pequeñas pinceladas de color puro.